Acceso al Espacio

Electron aumenta su capacidad a 300kg

Gracias al aumento del rendimiento de los motores Rutherford, el microlanzador orbital Electron de Rocket Lab podrá satelizar cargas útiles de hasta 300 kg en órbita LEO. Esta nueva capacidad permitirá realizar misiones interplanetarias y la reutilización.

Rocket Lab anunció el 4 de agosto un importante aumento en el rendimiento del vehículo Electron, que a partir de ahora tiene una capacidad de transporte carga útil hasta los 300 kg. El aumento ha sido posible principalmente gracias a los avances en la tecnología de las baterías que alimentan las bombas eléctricas del motor Rutherford. Desde el lanzamiento inaugural de Rocket Lab en 2017, el cohete Electron ha tenido una capacidad de transporte de 150 kg a 500 km a órbitas síncronas solares (SSO), y de 225 kg para órbitas LEO. Gracias al aumento de rendimiento, Electron ahora es capaz de satelizar 200 kg a 500 km SSO y hasta 300 kg para LEO.

Las mejoras de rendimiento permiten lanzar más carga útil a destinos de órbita baja terrestre (LEO), lunares e interplanetarios en misiones en las que no se recupera la primera etapa del lanzador, al tiempo que compensan la masa adicional de sistemas de recuperación agregados al vehículo para misiones programadas para reutlización.

El mayor rendimiento también significa que la plataforma Photon de Rocket Lab podrá albergar hasta 180 kg de instrumentos como carga útil, lo que permite misiones más complejas en LEO y más allá. La familia de plataformas Photon para LEO y misiones interplanetarios ofrece soluciones para una amplia gama de misiones satelitales.

“Cuando creamos Electron, nos propusimos desarrollar un vehículo de lanzamiento al que recurrirían los operadores de pequeños satélites cuando necesitaran un viaje dedicado a una órbita única en la fecha deseada. Estamos orgullosos de ofrecer esa capacidad y continuar evolucionando nuestros servicios de lanzamiento para satisfacer las necesidades siempre cambiantes del mercado», dijo Peter Beck, fundador y CEO de Rocket Lab. «Electron sigue siendo del tamaño adecuado para el mercado de satélites pequeños, y habilitar rendimiento adicional permite proporcionar a nuestros clientes aún más flexibilidad en el mismo vehículo en el que confían».

Rocket Lab hasta ahora lanzó 130 motores Rutherford al Espacio y llevó a cabo más de 1.000 pruebas de motores en banco de ensayo, equipando a los ingenieros con una gran cantidad de datos y experiencia necesarios para ofrecer un rendimiento adicional de los motores y sus baterías.

Motor Rutherford

Con un peso de solo 35 kilogramos, los motores Rutherford de Rocket Lab son los primeros motores cohete alimentados por bombas eléctricas e impresos en 3D del mundo. Rocket Lab comenzó a desarrollar el motor Rutherford en 2013 y fue probado el mismo año, marcando el comienzo de una nueva generación en propulsión de cohetes.

Los motores Rutherford se utilizan como motores de primera y segunda etapa en el vehículo Electron. Nueve motores Rutherford integran la primera etapa y un único motor de versión optimizada para vacío la segunda etapa. Las versiones para nivel del mar que se usan en la primera etapa ahora producen 2,54 toneladas de empuje, en comparación con las 2,50 anteriores, con un impulso específico de 311 s (3.05 km/s). La versión optimizada al vacío que opera en la segunda etapa ahora produce un empuje máximo de 2,63 toneladas de empuje y tiene un impulso específico de 343 s (3.36 km/s).

En lugar de funcionar con bombas impulsadas por turbinas de gas tradicionales, Rutherford utiliza un ciclo de propulsión completamente nuevo con motores eléctricos brushless y baterías de polímero de litio de alto rendimiento para impulsar sus bombas. Esto reduce gran parte de la compleja turbomaquinaria requerida para los motores de ciclo del generador de gas, lo que significa que el Rutherford es más simple de construir que un motor tradicional, pero puede lograr una eficiencia del 90%.

La escalabilidad de producción del motor Rutherford se ve facilitada por componentes primarios fabricados con técnicas de manufactura aditiva o impresos 3D. Con una cámara de combustión, inyectores, bombas y válvulas de propulsión principales impresas en 3D, Rutherford tiene la mayoría de los componentes fabricados con esta técnica, más que cualquier motor de cohete en el mundo. Estos componentes principales se pueden imprimir en 24 horas, reduciendo drásticamente los plazos de producción.

Fuentes: Rocket Lab

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