El presidente ruso, Vladímir Putin, exhortó a consolidar la posición de Rusia en el mercado mundial de servicios de lanzamiento. El jefe de Roscosmos, Dmitry Rogozin, acusa a los Estados Unidos de dumping.
En una reunión dedicada al desarrollo del sector de lanzadores, el presidente ruso dio indicaciones para su país continúe siendo protagonista en una industria que cada vez es más competitiva.
«Rusia debe consolidar sus posiciones en el mercado de lanzamientos espaciales, es sumamente importante que nuestros cohetes portadores sigan siendo competitivos y demandados», dijo Vladímir Putin.
Putin habló del cosmódromo Vostochni, en el Lejano Oriente de Rusia, y comentó que en los plazos acordados allí debe ser creada una infraestructura para los cohetes pesados y superpesados.
«Sus pruebas en vuelo deben comenzar en 2023 y 2028, respectivamente», detalló.
Se espera que en 2023 se realice desde Vostochni el primer lanzamiento del cohete pesado Angara-A5 con la nave Oriol sin tripulación, y en 2028 se aguarda el lanzamiento del cohete superpesado Yenisei.
Putin destacó además que el desarrollo del programa de vuelos tripulados es una prioridad y se trata del «lado fuerte» de Rusia.
«Una de las prioridades indudables es el desarrollo del programa de vuelos tripulados, que tradicionalmente es el lado fuerte de la cosmonáutica rusa y resulta importante mantener el liderazgo en ese terreno», señaló.
El presidente comentó que el cumplimiento eficaz de esa tarea tiene que ver en gran medida con la creación de naves espaciales de nueva generación.
«Las pruebas en vuelo de una nueva nave tripulada están programadas para 2023, el lanzamiento se efectuaría desde Vostochni», precisó Vladímir Putin.
Competencia y dumping
Por su parte, el jefe de la agencia espacial rusa, Dmitry Rogozin, adelantó que mejoraran los precios de sus lanzadores a la vez que acusó a los Estados unidos de dumping en su industria.
«Para aumentar nuestra presencia en los mercados internacionales, estamos trabajando para reducir el costo de los servicios de lanzamiento en más de un 30%, reduciendo los costos no asociados a la producción y aumentando la eficiencia operativa de la empresa», dijo Rogozin.
«El procedimiento de fijación de precios que propusimos es esencialmente nuestra respuesta al dumping de compañías norteamericanas financiadas por el presupuesto estadounidense. Si el precio de lanzamiento al mercado, por ejemplo, de SpaceX, es de aproximadamente $ 60 millones, la NASA paga por el mismo servicio de uno y media a cuatro veces más», agregó el jefe de Roscosmos.
Anteriormente, Rogozin había afirmado que Estados Unidos ha estado aplicando durante mucho tiempo una política de expulsión del mercado de servicios de lanzamiento hacia Rusia. Según él, esto también se manifiesta en la política de dumping en relación con sus propias empresas, tanto públicas como privadas.
Años atrás, el Pentágono había fijado como fecha límite el 31 de diciembre de 2022 para que los lanzadores norteamericanos que utilizan motores rusos dejen de atender misiones de seguridad nacional. Esta orden dio origen a múltiples iniciativas de desarrollo de nuevos cohetes en las que están trabajando empresas como SpaceX, ULA, Blue Origin y Northrop Grumman.
Fuentes: RIA Novosti