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Décimo lanzamiento exitoso de New Shepard

El vehículo suborbital reutilizable de Blue Origin New Shepard llevó al Espacio nueve cargas útiles experimentales de la NASA mientras continúa realizando pruebas para iniciar los vuelos tripulados con fines turísticos

Blue Origin llevó adelante el décimo lanzamiento de prueba del cohete suborbital reutilizable New Shepard el 23 de enero de 2019 llevando al Espacio nueve cargas útiles científicas de la NASA más allá de la línea de Kármán

El vehículo New Shepard fue diseñado para realizar vuelos suborbitales con fines turísticos, mercado en el que Blue Origin se encuentra compitiendo con Virgin Galactic, quien solo unas semanas atrás llevó adelante un exitoso vuelo de prueba con su vehículo SpaceShipTwo. Los vuelos en el New Shepard tendrán un costo de entre 200 mil y 300 mil dólares y permitirán a los pasajeros disfrutar de algunos minutos en gravedad cero.

Video del lanzamiento

El anterior lanzamiento del New Shepard, la novena misión del vehículo de Blue Origin, se llevó adelante en julio de 2018. En esta misión, que transportó un maniquí en uno de los asientos de la cápsula, se probó con éxito el sistema de escape a grandes alturas.

El primer lanzamiento del New Shepard se realizó en abril de 2015 con éxito parcial ya que el cohete se estrelló intentando el aterrizaje. En las siguientes nueve pruebas el aterrizaje vertical del cohete se llevó delante de forma satisfactoria.

Carga útil

Los nueve experimentos de NASA que la décima misión del New Shepard llevó al Espacio son los siguientes

  • CORE (Collection of Regolith Experiment) de la Universidad de Florida Central en Orlando: Las misiones a los asteroides plantean desafíos técnicos a diferencia de los cuerpos más grandes. Este experimento probará un método de recuperación de regolito de un asteroide polvoriento. CORE medirá el rendimiento de la tecnología de recolección en el Espacio y analizará cómo se levanta el polvo al contacto.
  • COLLIDE (Collisions into Dust Experiment) de la Universidad de Florida Central: Las superficies planetarias polvorientas complican las tareas que pueden considerarse fáciles aquí en la Tierra. Este experimento simula la perturbación de las partículas de polvo en el Espacio. Los datos podrían informar arquitecturas para futuras misiones de exploración humana y robótica a la Luna, Marte y más allá. COLLIDE también voló el 13 de diciembre en la nave espacial de Virgin Galactic.
  • Mediciones del campo electromagnético de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland: Las tecnologías comerciales (off the shelf) modificadas caracterizarán el campo electromagnético dentro y alrededor de New Shepard durante el vuelo. El objetivo de la demostración es optimizar el conjunto de sensores para vehículos suborbitales a fin de perfilar rutinariamente el campo eléctrico de la atmósfera de la Tierra. Estos datos se pueden utilizar para estudiar el papel de los aerosoles, los rayos cósmicos y más en la atmósfera.
  • Flujo de ebullición en los enfriadores Micrograp – Gestión térmica integrada para aplicaciones espaciales del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland: La ebullición de flujo en los refrigeradores de microprocesadores es una tecnología de gestión térmica con posibles aplicaciones de exploración, incluidos sistemas de generación de energía, circuitos integrados 3D y más. Los sistemas de generación de energía son importantes para una presencia sostenida en la Luna o Marte y los circuitos integrados 3D son un habilitador clave para robots autónomos con inteligencia artificial.
  • Medición del propelente de microgravedad mediante análisis modal del Colegio de Cartago en Kenosha, Wisconsin: Las naves espaciales, como los automóviles, tienen medidores de combustible. Sin embargo, medir la cantidad de combustible restante es un desafío cuando está flotando dentro de un tanque en el espacio. Esta tecnología es una nueva técnica para medir la masa de líquido en un tanque de combustible. Espera mejorar la medición de la masa de combustible de baja gravedad para futuras misiones con tripulación a la Luna y Marte.
  • Monitor de Experimento de Vuelo Suborbital-2 (SFEM-2) del El Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston: Este instrumento está diseñado para caracterizar el ambiente dentro de un vehículo, incluyendo la aceleración, la temperatura de la cabina, la presión, el dióxido de carbono y las mediciones acústicas. Los vuelos suborbitales múltiples proporcionan pruebas de sensores que podrían usarse en naves con tripulación.
  • Validación de hardware de telemetria para imágenes biológicas autónomas y asistidas por tripulación en aplicaciones suborbitales de la Universidad de Florida en Gainesville: Este experimento, que también se realizó a bordo del vuelo Virgin Galactic del 13 de diciembre, estudia cómo la microgravedad afecta a las plantas. Utiliza un instrumento de imágenes biológicas fluorescentes para recopilar datos sobre la respuesta biológica de una planta o tejido vegetal. Inicialmente desarrollado para la experimentación en el transbordador espacial y la Estación Espacial Internacional, el experimento tiene amplias aplicaciones tanto para el espacio como para las ciencias biológicas.
  • Plataforma de aislamiento de vibraciones (VIP) de Controlles Dynamics Inc. en Huntington Beach, California: Las naves espaciales y las cargas útiles están sujetas a entornos de lanzamiento intenso. Esta interfaz de montaje para vehículos orbitales y suborbitales está diseñada para disminuir las perturbaciones durante el vuelo. Durante el lanzamiento, el reingreso y el aterrizaje, una carga útil se asegura mecánicamente al vehículo. Una vez en microgravedad, se lanza automáticamente en una plataforma flotante. La tecnología también se probó en el vuelo Virgin Galactic del 13 de diciembre.
  • Tecnología de gestión de propulsor verde de gravedad cero de la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana: Este experimento madurará la tecnología para controlar los combustibles verdes no tóxicos en los tanques de propulsores de naves espaciales. Esta tecnología complementa la Misión de Infusión de Propulsores Verdes de la NASA y podría beneficiar a futuras misiones en el espacio cercano y profundo.

Fuentes: Blue Origin, NASA

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