El director de Agencia Espacial Brasileña estimó que en menos de dos años se realizará al primer vuelo del microlanzador orbital VLM-1. El nuevo vehículo de propulsante sólido consta de tres etapas y será capaz de situar 150 kg en órbita baja terrestre.
El Programa Espacial Brasileño y los desafíos que enfrenta el sector fueron temas de conversación entre el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovaciones, el astronauta Marcos Pontes y el presidente de la Agencia Espacial Brasileña (AEB), Carlos Moura. El evento se realizó el domingo 4 de octubre para dar comienzo al “1er Mes Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovaciones”.
Durante la conversación con el ministro, el presidente de la AEB reveló que el mayor desafío de la agencia es poner en órbita un satélite utilizando un vehículo de lanzamiento nacional. Moura explicó que el proyecto de acceso al Espacio depende del compromiso y de más recursos. “Estamos trabajando en el desarrollo de un motor más potente, que es el S50, un proyecto realizado en alianza con la industria nacional instalada en São José dos Campos (SP). Incorpora una serie de avances tecnológicos. Pretendemos empezar a probar el motor en 2021 y hacerlo volar en 2022”, reveló.
Moura también comentó que es común que muchas personas se pregunten si tiene sentido que Brasil, un país que tiene problemas básicos, invierta en el sector espacial. El director de la AEB explicó que estas personas piensan que el Espacio es algo muy alejado de sus realidades, sin embargo “con la pandemia de coronavirus, las cosas que citamos como ejemplos de tecnología espacial se convirtieron en ejemplos concretos como la telemedicina y la teleeducación”. Moura también recordó problemas de movilidad urbana que benefician a muchas personas: “¿Cuántas personas usan aplicaciones para pedir comida o transporte? Todas estas tecnologías solo son viables porque hay sistemas espaciales que dan soporte, permiten una infraestructura para eso”, explicó.
VLM-1
El VLM-1 (Vehículo Lanzador de Microsatélites) es un lanzador orbital en desarrollo por el Instituto de Aeronáutica y Espacio (IAE) en conjunto con la DLR. Este microlanzador se compone de tres etapas, de las cuales las dos primeras son idénticas y están conformadas por motores S50, de fibra de carbono, conteniendo 12 toneladas de combustible sólido cada uno.
La tercera etapa está compuesta por un motor S44, ya calificado, que había sido usado en las misiones del VLS-1. Dado a que este vehículo no posee una etapa superior de propelentes líquidos para la inserción de alta precisión de un satélite en órbita, el VLM-1 no atenderá misiones donde se requiera esta característica.
El VLM-1 despegará desde el Centro Espacial de Alcántara, que recientemente quedó habilitado para recibir la operación de servicios de lanzamiento de empresas de los Estados Unidos.
Fuentes: AEB