Latam Satelital consultó a Diego Bagú, Astrónomo y Director del Planetario de la Ciudad de La Plata, sobre la importancia de BepiColombo y el estudio de Mercurio. También preguntamos sobre la posible participación de Argentina en una misión de Espacio Profundo.
BepiColombo, misión conjunta entre la agencia espacial europea (ESA) y la agencia espacial de Japón (JAXA) para el estudio de Mercurio fue lanzada el 19 de octubre mediante un cohete Ariane-5 de Arianespace. Desde Latam Satelital consultamos sobre la importancia de profundizar el conocimiento sobre Mercurio y los aportes que podrá realizar BepiColombo a Diego Bagú, Astrónomo y Director del Planetario de la Ciudad de La Plata. También, aprovechando la ocasión, preguntamos sobre la viabilidad de que la Argentina, que se destacó en los últimos años en el diseño y construcción de satélites de comunicaciones y observación de la Tierra, participe o impulse una misión de Espacio Profundo.
LS: ¿Hasta dónde llega el conocimiento actual sobre Mercurio, y cuanto agregará BepiColombo? ¿Cuál es importancia de avanzar en un mayor entendimiento de este planeta?
DB: Mercurio es, junto con Plutón, el planeta más desconocido del sistema Solar. Sólo dos naves han logrado, en toda la historia, “alcanzarlo” y observarlo. Una de ellas pasó a su lado y siguió camino. La otra, lo orbitó a unos 15.000km de distancia. A partir de su llegada en 2025, BepiColombo lo hará a tan sólo 1.500km. Será un encuentro más que cercano lo cual permitirá lograr un estudio que, hasta el momento, ha sido esquivo.
Uno de los grandes misterios de Mercurio es su campo magnético. Si bien es mucho menos intenso al terrestre, el hecho que lo posea implica contar con un núcleo parcialmente fundido, a fin de lograr el efecto dínamo tal cual ocurre en nuestro planeta. Esta característica, encontrándose tan próximo al Sol, no deja de llamar poderosamente la atención.
Justamente su gran cercanía a la estrella amarilla ha implicado un gran número de enormes desafíos para los científicos y técnicos de la misión. Ya el sólo hecho de llegar a Mercurio y lograr entrar en órbita a su alrededor denota un extraordinario esfuerzo. De hacerlo de manera “directa”, la nave lo haría a tal velocidad que sería imposible frenarla para estacionarse orbitalmente. Por lo tanto, ha sido necesario realizar un plan de vuelo que implican varios pasos por las cercanías de la Tierra, Venus y el mismo Mercurio a lo largo de 6 años.
Observar y analizar a Mercurio, sin duda alguna, nos permitirá avanzar en nuestra comprensión de los sistemas planetarios y, en particular, sobre la Tierra misma.
LS: ¿Es importante que argentina participe o impulse una misión de espacio profundo? ¿Es viable?
DB: En cuanto a la participación Argentina en alguna misión de espacio profundo, obviamente sería más que interesante. Evidentemente, la realidad muestra que estamos muy lejos de ejecutar una por propios medios, pero quizás se podría hacerlo a partir de la colaboración en otros proyectos. CONAE, la agencia espacial argentina, ha orientado su programa satelital a la observación de la Tierra, lo cual considero, en el contexto de las posibilidades con las cuales ha desarrollado sus funciones, lógico y acertado.
Lo paradójico en el caso argentino es que nuestro país posee lo más complejo de obtener para estos desafíos: los recursos humanos. Sin embargo, y aun cuando los científicos y técnicos argentinos han demostrado con creces a lo largo de décadas y décadas lo que son capaces de realizar (somos uno de los pocos países en el mundo con tres premios Nobel), salvo en escasísimas ocasiones, los procesos políticos le han dado la espalda al desarrollo científico-tecnológico. Aspiramos algún día a que como sociedad podamos entender que la inversión en Ciencia y Tecnología no es un gasto sino, justamente, una inversión. Las naciones ricas en términos económicos, lo son justamente por la gran inversión que han hecho en educación, ciencia y tecnología.