Observación

Sentinel-3A tiene el depósito lleno

Momento en el cual le cargan el combustible a Sentinel 3A

Informó la ESA que el flamante satélite del programa Copernicus ya cuenta con el combustible cargado, y atraviesa los últimos pasos previos al lanzamiento.

El próximo 16 de febrero será lanzado al espacio el Sentinel-3A, un satélite de Observación de la Tierra desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA), que aportará datos clave para el monitoreo de los océanos.

El lanzamiento tendrá lugar desde la base Plesetsk, en Rusia, a bordo del cohete Rockot, que ya está preparado para el gran día.

Según informó la ESA, ya se ha realizado el repostaje del satélite y la instrumentación del equipo de propulsión ya está descontaminado. El combustible que se utiliza es hidracina, sustancia extremadamente tóxica, por lo cual la operación de repostaje es sumamente delicada y sólo pueden presenciarla unos pocos especialistas, junto con médicos y personal de seguridad que aguardan en las inmediaciones de la sala blanca, preparados para intervenir en caso necesario.

 Tras el repostaje, el tanque fue presurizado hasta un «nivel intermedio» y se dejó en reposo para que se estabilizase durante la noche. Al día siguiente, el equipo aumentó gradualmente la presión hasta el nivel exigido. El paso siguiente, será colocar el satélite dentro de las dos cubiertas del carenado, dejándolo completamente oculto.

Luego del lanzamiento, el Sentinel-3A se unirá a sus antecesores Sentinel-1A y Sentinel-2A, que conforman el programa Copernicus para el monitoreo del ambiente marino.

Una vez que esté operativo, cartografiará sistemáticamente la superficie de nuestro planeta, para lo cual empleará instrumentos como una cámara multiespectral de resolución media, un radiómetro infrarrojo de precisión y un potente altímetro radar de apertura sintética.

Sentinel-3A es fundamental para las aplicaciones encargadas de la monitorización de océanos y costas, la predicción meteorológica y oceánica numérica, las variaciones del nivel del mar, la vigilancia de la topografía de la superficie marítima y el mapeo de los cambios en la cubierta terrestre.

Fuente: ESA