La empresa liderada por Emiliano Kargieman conversó con Latam Satelital a días del lanzamiento de sus primeros dos satélites comerciales. 10, 9, 8,…
El 30 de mayo de 2016, un cohete Long March chino va a estar colocando en el espacio a los primeros dos satélites de observación terrestre de la empresa conducida por Emiliano Kargieman. Esto seguramente constituya un cambio importante para Satellogic, que ya va contar con la capacidad de ofrecer sus productos.
Satellogic tienen como objetivo final el desarrollo de una constelación de 300 satélites de bajo peso y muy bajo costo que permita captar una escena de cada punto de la superficie terrestre cada cinco minutos con una resolución de alrededor de un metro. Una constelación de satélites de estas características estaría cambiando dos variables de mucho peso en la ecuación de las aplicaciones de la observación de la Tierra: el costo y la revisita. En este escenario, como nos explica Kargieman, nuevas aplicaciones podrían surgir y otras cobrar sentido, como puede ser un monitoreo diario de alta resolución del estado de los cultivos, cosa que a la fecha no es posible obtener con una sola misión y de obtenerse mediante múltiples fuentes tendría un costo más que elevado.
Un largo y corto camino
Para poder llevar a la realidad este concepto, a días del primer lanzamiento, Satellogic recorrió un largo camino, que si se lo mide en tiempos de la industria espacial, en realidad es corto. El CEO de Satellogic explicó en reiteradas ocasiones que encontraba a la tecnología espacial vieja y con metodologías de desarrollo anticuadas y que planeaba cambiar eso a partir de la experiencia previa en la industria del software donde se inició exitosamente.
El proyecto se concibió en la Singularity University, Estados Unidos, en 2010. Luego Satellogic comenzó a llevar a la realidad los conceptos desarrollados y tuvo el apoyo, que Kargieman enfatiza fue más que relevante, de la empresa estatal de la provincia de Río Negro (Argentina) INVAP con quienes afinaron las ideas y armaron los primeros prototipos. También fue muy importante en esta etapa de la compañía el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT) para el financiamiento de los primeros satélites demostrativos. Este apoyo también influyó en que el emprendimiento se radicara en la Argentina.
El primer satélite lanzado al espacio fue el CubeBug-1 “Capitán Beto” en abril de 2013, basado sobre el estándar CubeSat, con dos kilos de peso. Esta primera misión tuvo como objetivo testear tecnologías desarrolladas por la empresa como la rueda de inercia, el startracker y la computadora de a bordo. El Capitán Beto emitía una baliza cada un intervalo de algunos segundos. El segundo satélite se denominó CubeBug-2 “Manolito” y fue lanzado en noviembre de 2013. En esta segunda misión se aumentó el componente tecnológico nacional y se colocó una cámara fotográfica para captar imágenes de la Tierra. También llevó a bordo una carga útil para ser localizado por radioaficionados y con la posibilidad de incluso enviarle mensajes. Como estas primeras demostraciones tecnológicas fueron financiadas por un Ministerio, tanto el software como el hardware diseñados se encuentran disponibles para universidades o institutos de investigación. BugSat-1 “Tita”, lanzado en 2014, es también una misión de demostración tecnológica, pero más cercana a los satélites definitivos de la primera etapa de la constelación de Satellogic. Con un peso de 25 Kg cuenta con tres antenas, una cámara de video para la toma de imágenes, un receptor GPS, una radio UHF (para la comunidad de radioaficionados) y una radio en Banda C.
Inversores
Para poder terminar de diseñar y construir la primera etapa de la constelación planificada, Satellogic consiguió inversores globales privados que confiaron en las capacidades de la compañía. En esta etapa la empresa no contó con apoyo gubernamental, algo que según Kargieman está pendiente en Argentina y la región. De acuerdo con su opinión, falta madurez para que se genere una dinámica de inversiones privadas en emprendimientos tecnológicos, y el Estado, en sus distintas administraciones, no logró impulsar. “La intensión sí está, hay gente pensándolo y con las capacidades adecuadas” agrega Kargieman.
Accediendo al Espacio
A pesar de las demoras introducidas por las facilidades de lanzamiento, cosa que al parecer generó el lamento de los directivos de Satellogic pero no así del equipo técnico que aprovechó ese tiempo para afinar detalles, los dos primeros satélites están listos para acceder al espacio desde la base china. Estos satélites, con un peso de 35 kilogramos llevarán a bordo una cámara multiespectral con la capacidad de captar escenas de un metro de resolución, una cámara hiperespectral de 600 bandas con 30 metros de resolución y también una cámara térmica.
En lo que resta de 2016 la compañía espera lanzar otros cuatro satélites para comenzar a nutrir la constelación con otro lanzamiento desde China y un tercero desde Rusia mediante un cohete Dnper.
La conformación de la constelación de 300 satélites va a llevar algunos años, se irá incrementando gradualmente. Para 2017 Satellogic espera completar una constelación de 16 satélites al final del segundo cuarto del año y apuesta además a conseguir un espacio en próximos lanzamientos para 19 más. El mercado de lanzamientos al espacio está resultando un limitante para la conformación de la constelación. Los nanosatélites son relegados al rol de cargas útiles secundarias y quedan atados a los tiempos y ciclos de los satélites más grandes. Como consecuencia del notable crecimiento en la industria de los nanosatélites, emergieron una serie de compañías que ofrecerán acceso al espacio para satélites de bajo peso y dimensiones, algo que Satellogic observa con interés, ya que estos servicios podrían impactar positivamente en los tiempos y costos de la constelación.
La Empresa
Actualmente en Satellogic trabajan 65 personas. La mayor parte se encuentra cumpliendo tareas en Argentina, pero también hay un equipo de 5 técnicos en Uruguay donde la compañía radicó la facilidad para la construcción de los satélites. También Satellogic tiene presencia en Israel y otras partes del mundo. Para fines de 2016 se espera que la nómina se amplíe a 90 personas, llegando a 150 para 2017 con presencia en distintos lugares del mundo para desarrollar un negocio global.
Satellogic cuenta con dos estaciones en Tierra propias para la operación y la recepción de los datos que la constelación en sus distintas etapas captará. También dispone de un acuerdo con KSAT para servicios de la estación Svalbard Satellite Station, en Svalbard (Noruega) que por su ubicación en una latitud alta, es ideal para la comunicación con satélites de órbita polar. Mediante este acuerdo, Satellogic también puede acceder a los servicios de Estaciones de Tierra de KSAT en todo el globo.
Innovación espacial
Sin duda es Satellogic una empresa innovadora por donde se la mire. Primero, desde el punto de vista empresarial, por ser un emprendimiento comercial de observación terrestre de capitales privados radicado en la región con sus propios satélites. El riesgo no jugaba en el partido espacial. Segundo, por los servicios concebidos: imágenes de alta resolución con una revisita de cinco minutos a costos disruptivos, algo que Satellogic estima podría incluso generar aún más innovaciones en el terreno de las aplicaciones. Kargieman ejemplifica esto con el seguimiento en la actividad agropecuaria, donde en la actualidad no tendría sentido disponer de una imagen diaria de alta resolución a los costos actuales del mercado. No porque carezca de utilidad sino porque los costos de hacer este tipo de monitoreo exceden lo que el productor puede afrontar. La innovación tecnológica es la responsable de que esto último pueda lograrse. Si bien hay algunos emprendimientos en esta línea, lo que seguramente relaja un poco a los inversores de Satellogic, no hay en el espacio actualmente misiones de 35 kilogramos con la capacidad de captar imágenes del orden del metro, que a su vez pueden fusionarse y combinarse con información hiperespectral y térmica, con costos bajos de construcción. Esto, en grandes líneas, se debe a tres factores principales: la tecnología de Satellogic para la cámara óptica, el uso de componentes electrónicos utilizados en otras industrias y la aplicación de metodologías de trabajo de la industria del software más ágiles.
Un dato interesante surge a la pregunta si para el desarrollo de su proyecto Satellogic se paró sobre las capacidades de la incipiente industria argentina satelital que se creó a la sombra de los proyectos de CONAE y ARSAT que lideró INVAP. Kargieman nos responde que no, que quienes están en la industria espacial tienen una forma tradicional de trabajar que no es acorde a los tiempos y costos que Satellogic puede afrontar. Sin embargo, sí fueron aprovechadas las capacidades de empresas de mecánica y electrónica con antecedentes en otras industrias como la automotriz, con más gimnasia en materia de tiempos y costos, pero sin experiencia en el espacio, algo que tuvieron que incorporar.
Pero a pesar de todo lo descripto en el párrafo anterior, Kargieman considera que la mayor innovación va a estar dada por las aplicaciones que se desarrollen a partir de la información que la constelación de Satellogic genere. Las nuevas aplicaciones que se conciban sobre un servicio de imágenes de alta resolución con cinco minutos de revisita serán pensadas por quienes agregan valor sobre esta información y que tienen una característica esencial sobre la que Satellogic se apoya: conocimiento específico de una industria, de un territorio.
Agregación de Valor
En cualquier curso sobre teledetección se enumeran las múltiples y sorprendentes aplicaciones de la información espacial. Sin embargo, montar sobre esta tecnología un servicio que un cliente pague no es algo tan inmediato. La agregación de valor sobre la información espacial que resulta útil en alguna de las industrias que típicamente se pueden beneficiar de la observación de la Tierra desde el espacio, requiere amplios conocimientos sobre esa industria.
Es justamente a estos emprendimientos y organizaciones que conocen la industria agropecuaria, el petróleo y gas, la seguridad o el manejo de emergencias a quienes Satellogic busca ofrecer la información obtenida por su constelación. Para esto se desarrolla una plataforma que simplifique el acceso y el manejo de la información y permita el desarrollo de aplicaciones.
Ya antes de dar el primer paso con el lanzamiento de los dos primeros satélites, Satellogic cuenta con acuerdos para distribución de la información que estos generen. Es interesante notar que estos primeros agregadores de valor no se encuentran en la región, donde se requiere mayor maduración para poder apreciar las oportunidades que la información del espacio ofrece en los distintos sectores. Sin embargo, Kargieman considera que las oportunidades de negocio para Satellogic están directamente relacionadas con la superficie de territorio destinada a cada actividad, por lo que la región será un importante demandante en el futuro de las imágenes de la constelación.
No estamos solos, por suerte
Para finalizar, Kargieman nos comenta que hace cinco años se podían contar con los dedos de una mano quienes miraban la tecnología espacial tal como lo hace Satellogic. Ahora son alrededor de 25 empresas, algo que considera bueno, ya que confirma que el camino elegido es el correcto. “Si hay más gente haciendo lo mismo, nos deja más tranquilos, quiere decir que no estábamos taaan locos”.
A pocos días del lanzamiento de los dos primeros satélites de Satellogic, la cuenta regresiva se inició. La industria espacial de la región va a estar dando un paso muy importante, de una trascendencia difícil de imaginar si todo sale según lo planeado.