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Quetzal-1, primer satélite de Guatemala

La Universidad del Valle de Guatemala (UVG) entregó el Quetzal-1a JAXA para su lanzamiento en 2020. El proyecto de la UVG, que será desplegado desde el módulo japonés Kibo en la ISS, lleva a bordo una cámara óptica para detección de clorofila en el agua.

El 3 de diciembre, en las instalaciones del Centro Espacial Tsukuba de la agencia espacial de Japón, el equipo de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) entregó a JAXA su desarrollo CubeSat, Quetzal-1. Este pequeño satélite es el ganador en la segunda ronda del Programa KiboCUBE entre la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA) y JAXA que se lanzará desde el módulo experimental japonés Kibo en la Estación Espacial Internacional. El despliegue en el Espacio del satélite está planificado para la primera mitad de 2020.

En septiembre de 2017, Quetzal-1 fue seleccionado conjuntamente por UNOOSA y JAXA en la segunda ronda del Programa KiboCUBE, y es el primer satélite desarrollado y operado por Guatemala. JAXA y UNOOSA señalaron en su comunicado que esperan contribuir al avance de la tecnología espacial de Guatemala a través del Programa KiboCUBE.

Equipos de UVG y JAXA
Quetzal-1

El proyecto satelital de la UVG se inició en el año 2014 cuando se avanzó en el primer diseño y se realizó un estudio para definir la misión. En 2015 incluyó en el proyecto una cámara óptica para percepción remota y se construyó el primer prototipo. Posteriormente se llevó adelante una revisión del proyecto con expertos internacionales y se realizaron modificaciones al diseño. La UVG llevó adelante entre 2017 y 2019 una campaña para conseguir patrocinadores al proyecto en la cual consiguieron sumar un conjunto de empresas e instituciones de Guatemala.  

El equipo que construye el primer satélite guatemalteco está conformado por estudiantes y docentes de los departamentos de Ingeniería Mecatrónica y Electrónica, Mecánica y Ciencia de la Computación y cuenta con el apoyo del Instituto de Investigaciones de la UVG. Además, apoyaron el proyecto las embajadas de Japón, los Estados Unidos y el Reino Unido, la Superintendencia de Telecomunicaciones de Guatemala, el Club de Radioaficionados Guatemaltecos, el Centro Internacional de Física Teórica, la Universidad de Wurzburgo (Alemania), la Agencia Espacial del Reino Unido, y la empresa británica Astrosat, entre otros. Estos aportes al proyecto permitieron a UVG obtener los USD260 mil que necesitaba para completar el proyecto satelital.

El satélite es un cubesat 1U, con al menos un año de vida útil estimada y un peso de 1 kilogramo. La carga útil es una cámara óptica con cuatro filtros para detección remota de clorofila en el agua. El objetico de la misión es verificar desde el Espacio la clorofila de la cianobacteria que afecta al Lago de Atitlán, y así contribuir con información para la investigación y aportar a su conservación.

El nombre para el primer satélite guatemalteco fue producto del concurso “Ponele nombre al primer satélite guatemalteco” realizado durante 2018, donde se recibieron propuestas enviadas por niños y jóvenes menores de 18 años. El ganador fue José Miguel Ortega Yung de 17 años de edad.

KiboCUBE
Módulo Kibo en la ISS

KiboCUBE es un programa de colaboración entre UNOOSA y JAXA para utilizar el módulo japonés Kibo en la ISS. KiboCUBE tiene como objetivo proporcionar a las instituciones educativas o de investigación de los países en desarrollo miembros de las Naciones Unidas oportunidades para desplegar desde la estación espacial satélites del tipo cubesat que desarrollan y fabrican.

Actualmente, el único módulo para desplegar satélites cubeSats desde la ISS es el módulo Kibo. La capacidad de Kibo se compone de un sistema de bloqueo de aire y un brazo robótico. El primer despliegue orbital de cubesat desde Kibo se realizó con éxito en octubre de 2012 a través del Small Satellite Orbital Deployer desarrollado por JAXA. Desde entonces, se han desplegado desde Kibo nano-satélites y cubesats de varios países del mundo.

El despliegue de CubeSats desde la ISS es más fácil que el despliegue directo por un vehículo de lanzamiento gracias al entorno de menor vibración durante la puesta en órbita.

Fuente: UVG, UNOOSA, JAXA

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