La misión Proba-3 prepara la última fase con el respaldo de la Agencia Espacial Europea (ESA). La iniciativa es liderada por la compañía española Sener.
Proba-3 busca lograr un vuelo en formación de alta precisión entre dos plataformas en el espacio. Permitirá mantener la posición y distancia relativa entre componentes críticos, como lentes y detectores, con precisión y estabilidad. Además, reducirá el coste de poner en órbita y operar estos instrumentos, al evitar estructuras desplegables voluminosas que actualmente presentan desafíos logísticos en los lanzamientos espaciales.
La misión estudiará la corona solar. Dos satélites, Occulter y Coronagraph, volarán a una distancia de 150 metros entre sí y funcionarán como un «coronógrafo con ocultador externo». Uno de los satélites bloqueará directamente la luz del Sol, permitiendo que el otro observe únicamente la corona solar. Este proceso creará un eclipse artificial de seis horas de duración sobre el segundo satélite cada día.
Proba-3 es parte del Programa de Tecnología de Soporte General de la ESA y recibió el apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI). La colaboración industrial en esta empresa se extiende a Redwire Space, Airbus Defence and Space en España, GMV Space and Defence y Spacebel, formando un consorcio de más de 29 empresas de 17 países.
Su lanzamiento está previsto para 2024. Promete abrir nuevas posibilidades en la observación espacial y la exploración del Sol.