Una nueva forma de procesar los datos de CryoSat permite estimar con precisión las variaciones en los campos de hielos patagónicos. Fuerte retroceso en los últimos años.
La misión CryoSat de la Agencia Espacial Europea (ESA) fue lanzada al Espacio en abril de 2010 con una vida útil de diseño. La misión ya lleva casi el triple de tiempo operando del inicialmente estimado y, además, los datos que genera están comenzando a aportar información más precisa gracias a nuevas técnicas de procesamiento. Estas innovaciones en el manejo de los datos CyoSat permitió a investigadores determinar con precisión el volumen de hielo perdido en los campos de hielo norte y sur de la Patagonia en Argentina y Chile.
Mayoritariamente los glaciares de la Tierra se hallan en retroceso; de hecho, durante los últimos 15 años, el hielo glaciar ha sido el principal responsable de la subida del nivel del mar. La Patagonia alberga los mayores glaciares del hemisferio sur, solo por detrás de la Antártida, pero también son los que están sufriendo el retroceso más rápido de todo el mundo.
Esto se debe, según la ESA, a que el clima es relativamente templado y estos glaciares suelen desembocar en fiordos y lagos, lo que acelera el deshielo y hace que desagüen más rápido y pierdan hielo en forma de icebergs en sus márgenes. Vigilar y comprender las dinámicas de los glaciares es muy necesario, no solo en la Patagonia, sino en todo el planeta.
Sin embargo, el hecho de que existan unos 200.000 glaciares y que se encuentren en lugares poco accesibles dificulta enormemente el mantenimiento de los sistemas de vigilancia local. Desde el espacio, los altímetros de radar de los satélites llevan 25 años registrando las pérdidas de hielo en los grandes mantos, aunque la resolución de este tipo de instrumentos suele ser demasiado baja para monitorizar los glaciares montañosos de menor tamaño.
Por suerte, una nueva forma de procesar datos de CryoSat ahora permite cartografiar estos glaciares con más detalle.
Noel Gourmelen, de la Universidad de Edimburgo, explica: “La técnica de procesamiento de la franja de barrido es distinta de la altimetría por radar convencional. Con el novedoso modo interferométrico de CryoSat, vemos cómo el frente de la onda de radar interactúa con la superficie”.
“A continuación podemos extraer la franja completa de elevaciones, en lugar de los puntos de elevación individuales. Esto está revolucionando el uso de CryoSat en terrenos helados complejos, ya que proporciona más detalles de lo que nunca creímos posible”.
Un artículo publicado recientemente en Remote Sensing of Environment describe cómo esta técnica se ha empleado para revelar patrones complejos en la altura cambiante de los glaciares patagónicos.
Como explica Luca Foresta, también de la Universidad de Edimburgo: “Gracias a CryoSat hemos descubierto que, entre 2011 y 2017, la disminución del espesor fue generalizada, especialmente en el norte de los campos de hielo”.
“Por ejemplo, el glaciar Jorge Montt, que llega hasta el océano, retrocedió 2,5 km y perdió unos 2,2 gigatones al año, mientras que el glaciar Upsala, que desagua en un lago, perdió 2,68 gigatones al año”. “En cambio, el glaciar Pío XI, que es el más grandes de Sudamérica, avanzó y adquirió masa a un ritmo de 0,67 gigatones al año”.
A lo largo de seis años, los campos de hielo patagónicos perdieron en total una masa de 21 gigatones al año, lo que equivale a una subida de 0,06 mm del nivel del mar. También constituye un aumento del 24 % en comparación con la cantidad de hielo perdida entre 2000 y 2014.
Fuente: ESA