La nave tripulada china de nueva generación, de la que aún no se conoce el nombre oficial, aterrizó exitosamente luego de un reingreso atmosférico de alta velocidad. La cápsula había sido lanzada al Espacio el 5 de mayo pasado mediante el lanzador pesado LM-5B en su vuelo inaugural. Luego de siete órbitas en las que se fue incrementando el apogeo, alcanzó una órbita elíptica con una altitud máxima de 8.000 kilómetros. Antes del reingreso se produjo la separación del módulo de servicio, que se desintegró en la atmósfera, del tripulado, que aterrizó gracias a tres paracaídas y a un sistema de airbags que frenaron el impacto contra el terreno.
La nave tripulada de nueva generación está diseñada para realizar misiones a la órbita baja terrestre como también misiones de Espacio profundo. China tiene planeado utilizar esta cápsula para sus misiones tripuladas a la Luna.
Fuentes: CASC