Nota de opinión de Jorge Medina, Jefe de Proyecto entre 2011 y 2019 de la misión SAOCOM de la CONAE, sobre la actualidad y perspectivas del sector espacial en la Argentina
Por Jorge Medina
Por estos días la CONAE, juntamente con INVAP SE y VENG SA, lleva adelante la campaña de lanzamiento del SAOCOM 1B, el segundo satélite de la serie SAOCOM 1 cuyo hermano gemelo, el 1A, se encuentra ya brindando servicios a la comunidad nacional e internacional con la producción de imágenes de radar en banda L de una calidad inédita en el mundo.
Con la producción de este segundo satélite, para cuya manufactura se emplearon los planes y procedimientos depurados antes por su alter ego el 1A por parte de los ingenieros e ingenieras, técnicos y técnicas de organismos oficiales y del importante conglomerado de empresas tanto estatales como del sector privado, nuestro país reafirma su capacidad para implementar misiones satelitales de vanguardia, con satélites y sistemas terrenos a la altura del mejor estado del arte.
Asistimos también en estos tiempos al renacimiento de las expectativas de desarrollo del sector aeroespacial. Recientemente se ha anunciado el comienzo del proyecto de producción del tercer satélite nacional de telecomunicaciones, el ARSAT SG-1. De esta manera la Argentina vuelve a la senda de avance tecnológico que no debió abandonar, ojalá a tiempo para recomponer el entramado humano e industrial establecido durante el clímax de los proyectos ARSAT y SAOCOM no tantos años atrás.
En este tiempo de escases presupuestaria y en medio de una diáspora de recursos humanos con una formación que tomó años, deberá primar la creatividad de nuestros dirigentes para delinear las estrategias de desarrollo del sector aeroespacial, haciendo el mejor aprovechamiento posible de lo que todavía nos queda y volviendo a interesar al personal capacitado para que permanezca en el país y en el ámbito.
Contar con un plan de despliegue de nuevos sistemas satelitales resulta primordial en el presente contexto. Como resulta claro en el video de difusión del envío del SAOCOM 1B a su sitio de lanzamiento, el compromiso y entusiasmo del personal involucrado invita a realizar los mayores esfuerzos para asegurar que su preparación y actitud sean aprovechadas por el país de la mejor manera posible.
Asimismo, en el caso de SAOCOM 1, la promoción del empleo de sus productos, por parte de instituciones nacionales y extranjeras debe ser encarada con ímpetu, sabiendo que un satélite de baja órbita (LEO) tiene una expectativa de vida útil de alrededor de siete u ocho años en promedio. Por esto, resulta imperioso entusiasmar al mundo y, más aún, a nuestros especialistas, en el empleo de las imágenes de los satélites argentinos. Demasiado dinero ha invertido el estado como para no aprovechar al máximo las capacidades actuales del sistema, el que aún tiene posibilidades de expansión.
Materias pendientes, como una integración regional del sector aeroespacial que aportaría mayor competitividad frente a las agencias más importantes, pueden ser iniciadas sin mayor erogación presupuestaria. Claro está, debemos presentarnos ante nuestros compatriotas latinoamericanos como iguales, cualquier intento de liderazgo, según lo entiendo, sería contraproducente para aquel objetivo.
Lejos de ser exhaustivas, estas ideas pretenden plantear un debate en torno al futuro del sector en el contexto de un planeamiento científico y tecnológico para el futuro. Los argentinos tenemos los recursos intelectuales y, como se ha visto, el entusiasmo y compromiso necesarios. En la gestión de los recursos materiales y la toma de las decisiones políticas adecuadas, y generosas con el futuro, reside hoy la mayor responsabilidad.
Así como en la historia de los ramanes, ARSAT ya va por su tercera repetición y seguramente SAOCOM pronto le seguirá.
Notas
El título de a nota hace referencia a la triple redundancia con la que aquella misteriosa inteligencia, quizás civilización, de la saga de Rama, escrita por Arthur C. Clarke, realizaba sus misiones.
La nota original fue publicada en Linkedin