Irán lanzó con éxito, el sábado 14 de septiembre, el nuevo satélite de investigación “Chamran-1», el segundo en lo que va del año. Fue colocado en una órbita de 550 kilómetros sobre la superficie de la Tierra y ya transmitió sus primeras señales después de ponerlo en funcionamiento.
Fue diseñado y construido por el Grupo Espacial de Industrias Electrónicas de Irán (Sairan) en colaboración con el Instituto de Investigación Aeroespacial y empresas privadas de tecnología. “Este satélite pesa unos 60 kilos y su misión principal es probar sistemas de hardware y software para poner a prueba la tecnología de maniobra orbital en diferentes alturas y fases”, indicaron desde la agencia estatal IRNA en un informe.
El satélite lanzado con el cohete «Ghaem-100» tiene entre sus tareas secundarias la evaluación del sistema de propulsión de gas frío en los procedimientos espaciales y el rendimiento de las técnicas de navegación y control de altitud.
El país de Medio Oriente ha logrado avances importantes en el campo del lanzamiento de satélites y el desarrollo de tecnología espacial en las últimas décadas: en 2009 puso en órbita su primer satélite, en 2017 inauguró el Centro Espacial Nacional Imán Jomeini y lanzó un cohete espacial portador del satélite Simorgh, en 2020 logró poner en órbita su primer satélite militar y en enero del 2024 lanzó con éxito tres satélites de manera simultánea.
A pesar de las continuas críticas de países occidentales como Estados Unidos, que denuncian que Teherán los lleva a cabo para acelerar su capacidad de desarrollar misiles balísticos intercontinentales, Irán defiende su avance tecnológico como un «derecho legítimo».