En una nota al Cronista.com, el Presidente de ARSAT, Rodrigo De Loredo confirmó que la construcción del tercer satélite de la operadora satelital argentina se encuentra frenada. Repuesta de Matías Bianchi, su predecesor.
En una nota publicada por el Cronista, el presidente de ARSAT y yerno del Ministro de Comunicaciones Oscar Aguad, confirmó a ese medio que la construcción del tercer satélite de la operadora satelital de comunicaciones estatal ARSAT se encuentra frenada.
Apenas arribado a su nueva función, De Loredo, de profesión abogado y sin antecedentes en la actividad espacial ni en telecomunicaciones, cuestionó la firma del contrato por la carga útil del ARSAT 3, por haberse realizado sobre el cambio de gobierno. Luego también cuestionó el diseño del satélite y por último, la falta de fondos para su construcción debido a la ausencia de ingresos por servicios de ARSAT 2.
De Loredo declaró al Cronista: «Llegamos y nos encontramos con que habían lanzado el Arsat-2 sin haber comercializado absolutamente nada. Ahora estamos presentando los permisos para vender la pisada del satélite«, dijo. En este sentido, el Gobierno ya presentó los documentos en Canadá; Estados Unidos; México y Brasil. «Es un trámite lento, pero entendemos que en los países del norte se hará más rápido».
La respuesta de Matías Bianchi
Entrevistado por Daniel Tognetti en Radio del Plata, Matías Bianchi, presidente de ARSAT entre 2013 y 2015, responsable del lanzamiento de los satélites ARSAT-1 y ARSAT-2, declaró no encontrarse sorprendido porque este tipo de políticas son las que planificó la Alianza Cambiemos, más allá de que las denominaran “Campaña del miedo”.
Respecto a la falta de comercialización de los servicios de ARSAT 2, Bianchi dijo que, al cierre de su gestión, la empresa tenía firmados contratos por el 30% de la capacidad del satélite y que había un plan para tener para el año 2017 el 80% ocupada. Bianchi vinculó a su vez estas declaraciones con las que realizara el Ministro Aguad respecto a que ARSAT no busca competir con el sector privado, explicando que ocupar ARSAT 2 implica quitarles negocios a operadores satelitales internacionales.
Bianchi remarcó que si la empresa satelital no va a competir con el privado, es imposible autofinanciarse. También aclaró que ARSAT 3 se pensaba financiar con los ingresos de ARSAT 2 pero también de ARSAT 1, lanzado en 2014, más préstamos privados a la empresa para su construcción.
Bianchi también se refirió a que detener el desarrollo satelital tiene implicancias en las posibilidades de la Argentina de competir a nivel mundial en la industria de construcción de satélites y que en el marco de la Ley 27.208 de desarrollo de la industria satelital, donde está programado el ARSAT 3, se planificó mejorar la competitividad y aumentar el componente de desarrollo tecnológico nacional.
El futuro llegó, y se fue
Tras estas declaraciones, el futuro de la empresa de telecomunicaciones estatal que experimentó un extraordinario crecimiento alcanzando premios internacionales, parece ser sombrío.
Las declaraciones de la conducción actual son confusas y contradictorias, como no competir, ofrecer servicios donde no hay rentabilidad y buscar el autofinanciamiento de las inversiones. Los hechos son contundentes, falta absoluta de pagos (con las penalidades que eso genera), freno en el desarrollo satelital nacional, paralización de la TDA y condescendencia con la competencia en materia de capacidad satelital y conectividad mayorista.
Habrá que esperar para ver si estas medidas y el nuevo enfoque de la empresa continúan o no impactando en los puestos de trabajo, quedando comprometidas principalmente las áreas satelital y comercial. Esta última casi que no tendría sentido de existencia.
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