Blue Origin, la empresa fundada por Jeff Bezos, puso en órbita su cohete New Glenn, que despegó desde el Complejo 36 en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, Florida.
Con una altura de 98 metros, New Glenn transportó un satélite experimental diseñado para operar en órbitas elevadas. Se trata de un paso crucial de Bezos para desafiar el dominio que SpaceX, la empresa de Elon Musk.
New Glenn (NG-1) perdió el propulsor durante el descenso. Éste se destruyó cuando intentaba amerizar en la plataforma estacionada en el Océano Atlántico. Sin embargo, logró su primer objetivo: alcanzó la órbita prevista
«Sabíamos que aterrizar la primera etapa en el primer intento era ambicioso. Aprenderemos, perfeccionaremos y aplicaremos ese conocimiento en nuestro próximo lanzamiento en primavera. Estamos encantados con el resultado de hoy», admitió la empresa lanzadora en su cuenta X.
El despegue de New Glenn, programado inicialmente para el pasado domingo, había sido pospuesto por problemas técnicos relacionados con la acumulación de hielo en el sistema de propulsión.
«La capacidad de la nave espacial para maniobrar en múltiples órbitas y ubicaciones, desplegar y alojar cargas útiles y realizar operaciones informáticas y comunicaciones a bordo permitirá realizar misiones innovadoras para una variedad de clientes», aseguró Blue Origin.
La compañía afirmó que «aborda dos de los desafíos más difíciles de los vuelos espaciales actuales: la creciente infraestructura espacial y la necesidad de una mayor movilidad en el espacio».