El módulo de propulsión fue integrado en Sentinel-6A, satélite del Programa Copernicus de la Unión Europea para observación de los océanos. Lanzamiento programado para 2020.
La integración de Sentinel-6A, el primero de los dos satélites que continuarán midiendo el nivel del mar a partir de 2020, ha llegado a su fase crítica alcanzando un nuevo hito: el módulo de propulsión ha sido integrado en la plataforma del satélite en las instalaciones de Airbus.
Los especialistas en satélites de Airbus izaron en una complicada maniobra y con una precisión milimétrica la plataforma del satélite, de unos cinco metros de altura, sobre el módulo de propulsión, que había sido posicionado previamente en su lugar. A continuación, se juntaron ambos componentes y se ensamblaron. Antes de realizar esta operación, el módulo de propulsión, que incorpora los motores, los dispositivos de control y un depósito de 240 litros con un innovador sistema de gestión del combustible, se tuvo que someter al procedimiento de aceptación técnica, ya que no es posible acceder a este subsistema una vez integrado. El paso siguiente es realizar todas las conexiones del módulo de propulsión y, a continuación, se realizarán las pruebas del sistema.
Actualmente se están desarrollando dos satélites Sentinel-6 para el Programa Europeo Copernicus liderado por la Comisión Europea y la ESA bajo la dirección industrial de Airbus. Cada uno de ellos tiene un peso aproximado de 1,5 toneladas. Sentinel-6A será el primero que continuará obteniendo mediciones de la superficie de los océanos por satélite a partir de noviembre de 2020, una tarea que dio comienzo en 1992. Está previsto que Sentinel-6B le siga en 2025.
La misión Sentinel-6 está dedicada a realizar mediciones de alta precisión de la topografía de la superficie oceánica. El satélite medirá su distancia hasta la superficie del océano con una precisión de unos pocos centímetros en una misión que puede prolongarse hasta siete años. Utilizará esta información para cartografiar la superficie marina y repetirá este ciclo cada diez días. El satélite documentará los cambios en la altura de la superficie de los océanos, registrará y analizará las variaciones del nivel del mar y observará las corrientes marinas. Los datos exactos sobre los cambios en la altitud de la superficie oceánica proporcionan información sobre el nivel del mar en todo el mundo, la velocidad y la dirección de las corrientes marinas, y la cantidad de calor que almacena el océano. Los datos recopilados son esenciales para crear modelos de los océanos y para predecir un aumento de su nivel.
Estos resultados permitirán a los gobiernos y a las instituciones establecer programas eficaces de protección para las regiones costeras. Los datos tendrán un valor incalculable, no solo para los organismos de ayuda en caso de catástrofes, sino también para las autoridades involucradas en la planificación urbana, la seguridad de los edificios o la puesta en servicio de diques.
El nivel global del mar está aumentando una media de tres milímetros al año como consecuencia del calentamiento global, lo que podría acarrear graves consecuencias para los países que cuentan con zonas costeras densamente pobladas.