Matías Bianchi, presidente de ARSAT entre 2013 y 2015, publicó a través de las redes sociales un artículo donde repasa las principales líneas de negocios de la empresa llevadas adelante durante su gestión y analiza el nuevo rumbo de la compañía a partir de las declaraciones realizadas por las nuevas autoridades.
El pasado 5 de febrero de 2016, a través de la página de Facebook de Economía Sin Corbata, Matías Bianchi, presidente de ARSAT entre 2013 y 2015, publicó un artículo titulado “Sobre la gestión de ARSAT”, en el cual presenta un análisis de la coyuntura actual que atraviesa la empresa, tras un recorrido por los principales hitos de la gestión que culminó en diciembre de 2015.
Con una mirada estratégica del sector orientada hacia la integración de la industria nacional y la inclusión digital de los argentinos, Bianchi caracteriza a ARSAT como una empresa de servicios, que ha triplicado su nivel de facturación en los últimos dos años. Según expresa “para el año 2016, simplemente cumpliendo con los contratos de venta de servicios ya firmados, el nivel de facturación superará los 1.000 millones de pesos. Si a esta base se le suman los nuevos contratos a ser firmados durante 2016, la proyección de actividad comercial mínima será superior a los 1.200 millones de pesos.”
Todas estas proyecciones se plasmaron en el Plan de Negocios de la compañía, que el directorio de la empresa aprobaba año tras año, con sus correspondientes revisiones. De acuerdo con Bianchi, las actividades de la empresa se planificaron con foco en la complementariedad de los servicios que ARSAT brinda, como herramienta para ofrecer un agregado de valor a los usuarios finales.
La mirada que Bianchi propone sobre ARSAT destaca fundamentalmente el rol de los trabajadores de la empresa, que son para él, su principal activo, quienes garantizan el correcto uso y explotación de la infraestructura desarrollada por la compañía. Asimismo enfatiza la importancia de la vinculación con el sector educativo de cara a las necesidades futuras de la empresa en términos de formación técnica y profesional.
Las nuevas autoridades de ARSAT recibieron en diciembre de 2015 una empresa que, según explica Bianchi, “…contaba con dos satélites geoestacionarios en órbita, 87 estaciones de televisión digital terrestre operativas, más de 13.000 kilómetros de fibra óptica operativa, el datacenter con un 50% de ocupación y más de 50.000 antenas de televisión satelital conectadas.”
Es a la luz de este escenario que Bianchi analiza con preocupación las recientes declaraciones de las nuevas autoridades de ARSAT, sumadas al contexto de las políticas regulatorias en materia de telecomunicaciones que lleva adelante el gobierno de Macri, y a los despidos de personal por motivos ideológicos ocurridos en enero 2016 en la empresa.
En este sentido, expresa su repudio por las desvinculaciones arbitrarias, a las que califica como discriminatorias y como muestra de desprecio por el desarrollo de la empresa. Asimismo, Bianchi desmiente la información brindada desde ARSAT sobre la falta de comercialización de los servicios de ARSAT-2, dando a conocer el detalle de los contratos ya firmados y por firmar para la venta del 35% de la capacidad del satélite. También menciona con preocupación los rumores –no desmentidos por las nuevas autoridades- de privatización de la misión ARSAT-3 y el supuesto traspaso del Centro Nacional de Datos al Ministerio de Modernización, y concluye que “la orientación del nuevo gobierno en materia de telecomunicaciones y de gestión de sociedades sujetas a su control ha empezado a dar señales claras de su carácter desregulador y privatizador. Por otro lado, la mentira directa respecto al proceso heredado en ARSAT, la persecución ideológica y el despido de personal con alta formación, hacen dudar de las verdaderas intenciones que tiene la nueva gestión.”
La versión completa del artículo publicado por Matías Bianchi puede leerse en Facebook/Economía sin Corbata.