Espacio Exterior

La NASA realizó un simulacro para coordinar acciones ante una posible tormenta geomagnética

El 10 de mayo de 2024, la NASA y alrededor de treinta agencias gubernamentales de Estados Unidos se reunieron para participar en un simulacro que coordine una respuesta ante una amenaza poco habitual: una tormenta geomagnética provocada por una intensa actividad solar.

Lo que comenzó como un ejercicio de entrenamiento se transformó en una experiencia real cuando, en plena simulación, la Tierra fue impactada por la primera tormenta geomagnética de categoría G5 —clasificada como «severa»— en más de dos décadas.

«El plan era analizar un escenario hipotético, identificando dónde funcionaban nuestros procesos actuales y dónde necesitaban mejoras», explicó Jamie Favors, director del Programa de Meteorología Espacial de la NASA.

El fenómeno, bautizado como tormenta de Gannon en honor a la física Jennifer Gannon, no causó daños catastróficos, pero dejó tras de sí múltiples alteraciones tanto en la Tierra como en el espacio. 

La tormenta de Gannon dio lugar a la aparición de dos nuevos cinturones temporales de partículas energéticas, identificados por la misión CIRBE entre los cinturones de radiación de Van Allen. Este hallazgo es crucial para la seguridad de astronautas y naves espaciales.

Las auroras boreales y australes, visibles incluso en regiones donde raramente se observan, fueron otro fenómeno destacado. 

Los efectos también se extendieron a Marte: las cámaras del rover Curiosity registraron alteraciones visuales y un notable aumento de radiación. De haber habido astronautas, habrían recibido una dosis equivalente a 30 radiografías de tórax.

La tormenta de Gannon ha sido catalogada como una de las mejor documentadas de la historia, y su legado científico continuará arrojando luz sobre los mecanismos solares en los próximos años.