Empresas respaldadas por la ESA utilizan datos satelitales para cartografiar en tiempo casi real el flujo mundial del petróleo. El análisis permite a productores, operadores y gobiernos dar apoyo a la toma de decisiones.
El crudo se bombea desde yacimientos subterráneos a tanques de almacenamiento que pueden verse desde el Espacio. Estos depósitos cilíndricos cuentan con tapas que flotan sobre el petróleo para minimizar las pérdidas por evaporación y reducir el riesgo de que escapen gases tóxicos e inflamables.
Los satélites de observación de la Tierra circunvalan el planeta con cámaras ópticas que pueden captar estos tanques y medir su diámetro.
También llevan radares de apertura sintética (SAR) que pueden detectar la subida o bajada en la altura de las tapas, lo que permite calcular el volumen de crudo que entra o sale de la instalación.
Alrededor del 65 % del crudo del mundo viaja por mar. Los satélites pueden detectar las señales de los sistemas de identificación automática que tienen los buques petroleros y así hacerles seguimiento cuando cargan y transportan el hidrocarburo de un lugar a otro.
OilX, una empresa de análisis digital aplicado al petróleo fundada en Londres en 2018 con apoyo de la ESA, utiliza datos satelitales para elaborar mapas del flujo mundial del petróleo para operadores comerciales, agencias gubernamentales y bancos de inversión, entre otros clientes.
Florian Thaler, director ejecutivo y cofundador de OilX, explica: “La ventaja competitiva para el operador petrolífero ya no está en el suelo, sino en el cielo. Combinamos análisis técnicos, tecnología satelital y aprendizaje automático para ofrecer inteligencia aumentada a los mercados de materias primas. OilX es el primer analista digital especializado en petróleo del mundo”.
Otras compañías emplean datos satelitales para averiguar cuándo es probable que comience la producción de hidrocarburos.
Gareth Morgan es el fundador y director de Terrabotics, empresa creada en Londres en 2014 para monitorizar cadenas de suministro de recursos naturales a nivel mundial durante todo su ciclo de vida y que ha recibido financiación y apoyo de la ESA.
La empresa utiliza datos de los satélites de observación de la Tierra para vigilar la construcción de pozos de petróleo y gas a la espera de signos claros de que están a punto de comenzar la producción. Ofrece información de mercados a operadores de materias primas, inteligencia competitiva a otras empresas que trabajan en la región e informes objetivos a inversores.
“El radar es un activo importantísimo por su cobertura global y porque no se ve afectado por las nubes ni las condiciones meteorológicas. También utilizamos imágenes ópticas e infrarrojas para identificar objetos de forma inequívoca”, añade.
“Nuestro fin es ofrecer información objetiva en una época de incertidumbre. Utilizar datos satelitales de forma remota cuando no se puede acceder a las plantas es muy útil. Así podemos ofrecer información sobre lo que otros están, o no están, haciendo”.
Nick Appleyard, director de Aplicaciones Empresariales Derivadas en la ESA, señala: “La ESA contribuye a dar apoyo a la economía con datos recopilados desde el Espacio que pueden servir de guía a las industrias de todo el mundo y ayudar a las empresas a mejorar la velocidad, la precisión y la eficiencia de sus decisiones”.
“Podemos ver cómo los almacenes de petróleo se van llenando por todo el mundo porque hemos sacado más crudo del necesario y eso ha hecho caer su precio. Es el momento de que paremos de extraer, pero eso solo va a pasar si los operadores comerciales pueden ver con exactitud lo que está sucediendo. El uso creativo de los datos espaciales les ofrece la información que necesitan”.
Fuentes: ESA