La imagen tomada por el satélite de radar Sentinel-1 del Programa Copernicus de la Unión Europea muestra el quiebre la barrera de hielo Larsen C en la Península Antártica generando un iceberg de enormes dimensiones.
La grieta que dio lugar a la ruptura definitiva estaba siendo monitoreada por investigadores de todo el mundo, principalmente sobre la base de imágenes satelitales. En Agosto de 2016 la NASA ya había advertido sobre la posible ruptura que se terminó de producir casi un año después.
El nuevo iceberg, de tamaño monumental y poco común tiene alrededor de 5 mil kilómetros cuadrados de superficie. Las barreras de hielo se forman durante miles de años, rupturas de este tipo generan cambios irreversibles. Además, las barreras generan un efecto de contención para los hielos que desciende al océano desde el continente antártico. La ruptura y la consecuente formación del iceberg provoca la pérdida de un importante porcentaje del hielo de la barrera Larsen C volviendola inestable y pudiendo desencadenar un desprendimiento masivo como ocurrió en la barrera Larsen B en el año 2002
Fuente: ESA