El 4 de noviembre de 2018 se cumplieron 22 años del lanzamiento del primer satélite diseñado y construido en Argentina por INVAP para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de la República Argentina. El satélite de observación astronómica SAC-B, fue un proyecto de cooperación entre la CONAE y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los Estados Unidos de América, con la participación de Italia y Brasil. Los objetivos de la misión fueron el estudio avanzado de física solar y astrofísica a través de la observación de fulguraciones solares, erupciones de rayos gamma, radiación X del fondo difuso y átomos neutros de alta energía, mediante cuatro instrumentos científicos que llevaba a bordo el SAC-B.
Con un peso de 191 kg, el satélite fue puesto en órbita desde la base de NASA en las Islas Wallops, Estados Unidos, por el cohete Pegasus XL, lanzado desde un avión L-1011 a una altura aproximada de 12 km, desde donde el sistema de guiado automático debía inyectar al SAC-B en la órbita elegida.
Luego del lanzamiento del cohete y tras alcanzar la órbita esperada, a 550 km de altura y 37.97° de inclinación, la tercera etapa de Pegasus XL debía realizar la separación del satélite; no obstante, 82 minutos después del momento previsto para la separación del SAC-B, a través de la telemetría recibida del mismo, se constató la falla en la separación que no permitió eyectar al satélite.
Tras confirmar que la separación no se había producido, se enviaron órdenes para producir la apertura de los paneles solares y para provocar el encendido de uno de los transmisores del satélite, durante el siguiente paso sobre la base de seguimiento ubicada en Goldstone, Estados Unidos. La apertura de los paneles se realizó entonces correctamente. Durante los cinco contactos del satélite, dos con la Estación de Wallops Island y tres con la Estación Terrena de San Miguel, Argentina, todos los comandos enviados y la telemetría recibida confirmaron la respuesta nominal esperada de los equipos encendidos a bordo del SAC-B.
Por su parte, la empresa Orbital Science Corporation (OSC), constructora del lanzador Pegasus XL, identificó el origen de la falla en el sistema eléctrico de la tercera etapa, que debía proporcionar la energía necesaria para la orientación final y el disparo de los pirotécnicos de separación.
Desde la pérdida de contacto con el satélite, 12 horas después del lanzamiento y hasta el lanzamiento del satélite SAC-A en diciembre 1998, se realizaron campañas destinadas al restablecimiento de contacto con el SAC-B sin obtener resultados positivos, por lo cual se dio por finalizada la fase de recuperación. No obstante, las agencias CONAE y NASA, destacaron que el SAC-B significó un importante avance tecnológico, ya que permitió demostrar una plataforma satelital argentina libre de errores de diseño o defectos de construcción.
Fuente: INVAP